Mi año nuevo

Tenía ojos calipsos, variables según el clima en su intensidad de color

Tenía una sonrisa contagiosa, linda y permanente

Tenía una capacidad innata de ser centro de atención

Tenía demasiada gracia para hacer que sus errores pasaran inadvertidos

Tenía una energía inagotable, una prosperidad increible, una destreza admirable

Tenía habilidades manuales dignas de una artista para tejer, bordar, hacer peluches

Hacía los calzones rotos (roscas) y las sopaipillas mas ricas que he comido en mi vida

Veía todas las teleseries mas cebollientas de la tv

Era despistada, desprendida, desubicada, deshibida...

Muy pocas cosas le daban verguenza, nada era tan importante, o de vida o muerte

Yo siempre supe lo mucho que valian tus besos, por eso hoy los extrañe

Y tu recuerdo me hace correr lágrimas y sentir dolor en mi pecho y amargura en mi garganta

Mi Sarita, ya estas desordenando el cielo, y de seguro, armando una fiesta para todos

diciendo: Alegría, alegría!!

Como podrán intuir, fue un año nuevo diferente para mí. Como saben, quienes me conocen, no me gustan los funerales, ni los ritos en los mismos, nunca se había ido un ser cercano a mí, hasta ahora.

La noche del domingo 30, llegué de la iglesia a la casa de mis papás, vi los ojos llorosos de mi hermano y de mi mamá, y me fui a la pieza de mi abue, y ahí estaba, sin respirar...

Me arrodille abrazandola fuerte, puse mi cara en la de ella, le di mil besos, y lloré, como probablemente se llora solo una vez en la vida. En silencio, con confusión, con dolor.

Le di un beso largo en su mejilla, la observé por mucho rato. me saque los zapatos, y me acosté al rincón de su cama, la abracé y le dije adios...

Mi mamá la mudo por última vez, la vestimos con una tenida de verano, como si fuera a un almuerzo con sus amigas del club de ancianos.

Le puse una cruz de circones negros que le regalé cuando cumplió 80 años, y le puse mis aros de plata, esos que usaba yo de siempre, todos los días, no importando la ocasión.

Llegó la funerarea con el ataud, y parece que todo estaba detenido...

Llegó mi tio y su esposa, y dos de mis primos llorando, llegaron los vecinos cuando vieron la carroza... la gente te dice mi mas sentido pésame, la paz del Señor este contigo, está descansando, tienen que estar tranquilos... y tu dices, gracias...

La dejamos en la capilla y me tuve que tomar 3 pastillas, de esas con poder para quitar el dolor de cabeza, vomité 2 veces y no podía mantener los ojos abiertos, mi amiga dijo que eso pasa, cuando lloras con fuerza y el cerebro no resiste.

Al otro día temprano, fui a comprar girasoles, las mismas flores que le regalé siempre.

Conseguí que en foto DAL me hicieran una gigantografía de su foto, le escribí un mail a mis 3 amigos de infancia... y me fui a estar con mi mamá en la capilla.

Camino a la capilla, vi a mi amiga de santiago, la mamá de mi ahijado, la Rosita y Juanito su esposo, bajandose del auto ... ese abrazo no lo voy a olvidar jamás, me hizo sentir amor de amistad sincera, me hizo sentir apoyo y la importancia de estar presentes. El sacrificio de viajar en un día de año nuevo, para estar 1 hora conmigo y mi familia y traer un canasto de flores a mi abuela... eso no tiene precio.

Llegamos a nuestra casa, mi hermano trabajo turno de año nuevo, mi papá, mi mamá y yo, cenamos rapido, en la cocina, nos dimos el abrazo a las 12 am y vimos los fuegos artificiales, mas lindos de todos los años nuevos, pero los menos asombrosos, me fui a dormir y a las 4 am, nos fuimos al aeropuerto en busca del retoño, el tío patiperro, el mas joven de mis tios que se hizo canadiense hace 21 años y que hizo las peripecias del universo, para llegar en menos de 15 horas a chile, buscamos a mi hermano, y a las 9 am llegamos a la casa...

Me puse mi tenida negra, me senté en la capilla para escuchar la misa, y llegó la Karen a sentarse a mi lado, mi compañera de curso de primero básico hasta cuarto medio. Me dijo cuando había que pararse, sentarse, repetía cosas de memoria, mientras el sacerdote decia otras frases, se las sabía todas, yo solo me paraba y me sentaba... y ella me explicaba el rito, unas niñas cantaron unos salmos, el 23 y el 91, de fortaleza, me los enseñó mi mamá de memoria y me los se tal como los numeros y las letras del abc.

Nunca había estado en una misa entera, por que no soy católica, pero mi sarita si, y respetamos eso y mi mamá pagó por su misa fúnebre y el sacerdote dijo cosas que daban paz...

Mi familia considero, que nadie mas podía hablar de mi abue, que los que vivían con ella, dentro de esos, que somos solo 4, consideraron que yo tenía que hablar por que era lo mas adecuado, y tuve que ir al microfono y hablar de mi mita, ante las personas, y cuando vi a las personas ahi en esa iglesia, solo les di las gracias, por levantarse a las 10 am un 01 de Enero y darse el tiempo de acompañarnos en la despedida de mi Sarita, y dije cosas, de mi infancia, de mi adolescencia, de mi vida con mi abue...

Mi papá como pastor, hizo una lectura en el cementerio de un ritual, cuando ese cajón bajo, y lo taparon, me sentí confundida y con un silencio en mi corazon.

Nadie me abrazó en ese momento, me paré sola, cerca de mi hermano y mamá. Y me fuí al auto, y mi amiga me siguió, me dijo que las personas ahí van y te dicen el pésame otra vez, pero que si quieres te quedas, le dije que prefería que fueramos al auto a esperar que llegara mi mamá.

Un amigo de la iglesia me vio, me dio un abrazo y eso... llegué a la casa de mis papas, comimos, y me acosté en la cama de la Sarita...

Y ahora estoy aquí, después de un día en que comencé un año literalmente nuevo, por que tengo que aprender, no solo yo, si no toda mi familia, a reconstruir una vida, que giraba en torno al cuidado de la Sarita... Y ahi esta su pieza, su ropa, su cama, su cepillo de dientes, su shampoo, y su ropa sucia en la lavadora, y otra ropa tendida, lista para planchar...

Y hoy le llegó una tarjeta de navidad del alcalde y unas ofertas de unas tiendas.

Y el catre clinico venía en camino, y la silla de ruedas, y sus fotos, y sus remedios, y pañales, y sus jugos y su alimento especial, y sus dulces y galletas blandas.... Y su coneja lila que cantaba cuando le apretaba la pata.

Y un tremendo espacio vacio y un tiempo que sigue corriendo y un par de horas que siguen avanzando y que no tienen mayor sentido por que los ritos ya no resultan y hay que reconstruir y seguir, y avanzar...

Por que dentro de todo la gente amable tiene razón, ella descansa, y la vida sigue y la paz de Dios queda en el corazón y lo que aprendes con estos golpes que te hacen cambiar el ship, te sirve para seguir, hasta que todo este relato, lo escriba otro, en memoria de ti mismo.